A petición de Carmen Brun os presentamos L’homme sans tête. Algunos de vosotros ya lo habéis visto. Se trata de un cortometraje muy premiado que narra una bella y simbólica historia acerca de la identidad, de la aceptación de uno mismo. La pregunta casi obligada sería: ¿qué significa esa “ausencia de cabeza” que padece el protagonista?
¿Qué puede esconderse dentro de una mente encerrada en el más completo de los silencios? ¿Qué universo de emociones, sentimientos, ideas, creencias pueden habitar en una mente que durante años ha vivido aislada de la comunicación humana? ¿Es posible que esa mente, desarrollada en la más terrible soledad, pueda finalmente emerger y manifestarse en un arte nuevo, insólito, fascinante?
Este es el extraordinario caso de Judith Scott, que a los seis años fue separada de su hermana gemela y abandonada en una institución por padecer Síndrome de Down “ineducable”. Pasaron muchos años antes de que se descubriera que su falta de lenguaje era debida a una sordera. Jamás le enseñaron a leer y escribir; tampoco el lenguaje de signos, condenándola de esta manera al aislamiento más atroz.
Hace unos años su hermana la encontró y la llevó a un taller de arte, donde para sorpresa de todos comenzó a crear insólitas piezas artísticas. ¿Había encontrado al fin la manera de materializar y comunicar el universo de su mente?
Existe un documental producido por Julio Medem con el título ¿Qué tienes debajo del sombrero? que narra esta increíble historia. En cualquier caso, puedes contemplar esta bella presentación en la que se incluyen algunas de las obras de arte de Judith Scott. Gracias a Mª José por la idea.
Muchos aspectos de la vida y el pensamiento de Sócrates quedarán siempre teñidos de un cierto aire de misterio, pues las fuentes que nos hablan de él no son del todo coincidentes y, como es bien sabido, no dejó nada escrito de su puño y letra. Sin embargo, todos los que le conocieron, todos los que nos hablan de él, están de acuerdo al menos en un punto: fue un auténtico quebradero de cabeza para los que le rodeaban.
Sócrates representa la libertad de pensamiento en su versión más insobornable: la pregunta, la duda, la independencia de criterio, la necesidad de cuestionarlo absolutamente todo… Por ello, fue considerado un hombre peligroso. Era un peligro tanto para los poderosos y demagogos que gustan de súbditos crédulos y dóciles, como para los perezosos e indolentes que prefieren repetir lo ya probado antes que aventurarse en la crítica y la búsqueda.
Aquí os dejamos un pequeño fragmento de un documental con algunas ideas interesantes sobre Sócrates, el tábano de sus contemporáneos.
Es un experimento muy sencillo ideado por unos psicólogos de 
¿Cómo sonará el famoso tema de la pantera rosa en el más puro estilo contrapuntístico de Juan Sebastian Bach? Prueba a escucharlo en esta fantástica versión de Stéphane Delplace.