Se ha narrado de muchas formas, recordemos aquí aquella historia taoísta que alguna vez comentamos en clase:
Un joven se fue de casa para estudiar con un reputado maestro. Cuando conoció al viejo sabio, le preguntó:
- ¿Cuánto tardaré en ser tan sabio como tú?
(La respuesta no se hizo esperar)
- Cinco años.
- Eso es mucho tiempo, (replicó el muchacho). ¿Y si trabajo el doble?
- Entonces tardarás diez años, (contestó el maestro).
- Eso es demasiado tiempo. ¿Y si estudio por las noches?
- Quince años, (dijo el sabio).
- No lo comprendo. Cada vez que prometo dedicar más energías, tú me dices que tardaré más en lograr mi objetivo ¿por qué?
- Si tienes un ojo puesto en el destino que esperas alcanzar, sólo te queda otro para que te guíe en el viaje.
Es la ley del efecto inverso (Aldous Huxley). La obsesión con los resultados es el peor enemigo para obtenerlos. Observa, en este fantástico video, múltiples aspectos de esta paradoja en nuestra mente, en nuestra conducta. Y, ya que muchos os encontráis al comienzo de un nuevo curso, quizás sirva poner toda la atención en la acción, en la naturalidad y el gozo del puro aprender.
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